He estado pensando cual es la definición de paraíso terrenal y luego de mucho darle vueltas al tema me di cuenta que es aquel lugar donde te relajas al máximo, disfrutas a concho, descansas de toda esa inmundicia que te significa el ajetreo y muchas cosas más.
Bueno, mi paraíso terrenal es el Quisco en plena época de invierno. Encuentro que esta playa, en esos días de frío es increíble. No hay nada mejor como después de una semana de mucho ajetreo, viene un fin de semana largo, es entonces donde con mi niño decidimos arrancarnos por esos poquitos, pero fascinantes días a la playita junto con mi cuñada y su marido.
Luego de llegar allá, la panorámica del mar desde la casa es hermosa... Se ve azul profundo y el viento te revuelve el pelo y lo sientes en la cara... es algo indescriptible. A todo esto se suma ese olor característico del mar que solo te dan ganas de inspirar profundo y llenar cada célula de tu cuerpo con ese oxígeno tan puro que en una ciudad como Santiago no puedes encontrar.
Sentarte a ver tele o a conversar frente al calor de una chimenea es una experiencia muy especial, por lo menos a mi me dan como cosquillitas en la guata, no sé, en realidad es una sensación muy rara, pero que me encanta.
Después de haber descansado todo el día, de caminar por una playa que es practicamente tuya, ya que la densidad poblacional es igual 1, se toma oncecita con cositas muy ricas (tecito, pizza, completos, etc.) nos preparamos mentalmente para la noche: es el momento de jugar Carioca con cositas para picar y su copetito loco por ahí... son horas de intenso estrés por lograr conseguir el trio perfecto o esa escala Real y dejar a todos con sus cartas en la mano.
Tan pronto termina esta agotadora jornada, nos espera una rica camita, donde Morfeo nos recibe con sus brazos abiertos para así dormir placidamente hasta la mañana siguiente donde despiertas con un rico y dulce beso a tomar desayuno, caminar por el centro del balneario y seguir estresandote.
Es mi paraíso terrenal porque es ese lugar y época donde la tranquilidad y la calma se vuelven algo sublime y hasta la cosa más mínima como puede ser la brisa marina te alegran el espíritu y te fortalecen para volver a tu rutina con la cara llena de risa.